"Fue el año pasado, el jueves anterior a Pentecostés, mañana luminosa de la primavera sevillana que presagiaba los gozos rocieros. Oficiaba la Misa de salida de Triana el Cardenal de Sevilla, Monseñor Carlos Amigo Vallejo. Empezó la homilía con la siguiente frase, que os traslado para vuestra consideración:""Al Rocío, afortunadamente, va mucha gente haciendo el bien. Al Rocío, desgraciadamente, va mucha gente haciendo el mal. Rociero: ¿Tú como vas a ir este año al Rocío?""
Así comenzaba el XIV Pregón de nuestra Hermandad escrito por D. Manuel J. Perales Gómez y que maravillosamente nos leyó y nos trasladó con una enorme emoción su sobrino, D. Luis Reyes Moreno.
Tras la presentación de nuestro querido Hermano y anterior pregonero, D. Juan Carlos Onieva Martínez, Luis Reyes nos relató un pregón de los que no se suele escuchar en nuestra ciudad ni en muchas otras vecinas cercanas y no tan cercanas. Un Pregón CRISTIANO, y lo escribo con mayúsculas porque así lo fue. Aún siendo nuestro hermano y amigo Manuel un desconocedor del trabajo realizado por la Hermandad en los pocos años de vida que tiene, consiguió hacernos llegar lo que un rociero de pro como él era, entiende por el Rocío, entendiendo este, como me decía su hija Rocío un rato antes en la sobremesa, parte de la trilogía religiosa, de esta manera:
"...¿no sería más natural, más cristiano y más rociero, pasar antes un ratito por el Sagrario y saludar al Cristo Eucarístico que está allí esperándonos pacientemente para decirnos una vez más cuanto nos quiere, como se alegra con nuestros gozos y cómo sufre con nosotros nuestras tribulaciones? Cristo, en el Sagrario, nos ofrece un rato de calma espiritual, de cariñoso diálogo, de atenta escucha por nuestra parte a su amoroso mensaje."
Lo único que puedo decir es que de los muchos pregones que yo he escuchado, este sin duda es un magnífico ejemplo de lo que debería ser un pregón.
En próximos días colgaremos el Pregón íntegro para que aquellos que no tuvieron la oportunidad de escucharlo en directo lo puedan leer y así empaparse de la sabiduría de un Pregonero Excepcional, D. Manuel J. Perales Gómez.
A Luis, nuestro eterno agradecimiento ahora y siempre, deseando que la Santísima Virgen le otorgue todos los favores, así como a toda su familia.
¡Gracias por vuestra cariñosa acogida y hospitalidad! Un fuerte abrazo, Lucía Reyes
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